A Pesar de se un mes cargado de actividades navideñas, también ha habido tiempo para seguir haciendo investigaciones sobre las propiedades del jabón. De la mano de nuestra mascota pequesabia Bob Esponja continuamos experimentando con la espuma, que como ya vimos en experimentos anteriores, es lo que resulta de mezclar el agua con el jabón. Pero queríamos ahora que esa espuma se moviera de alguna manera. Una forma fue a través del experimento del dragón que echa espuma por la boca: construimos un dragón con una botella de plástico a la que añadimos detalles en goma eva (patas, cola, ojos), el jabón sería el encargado de crear la espuma, pero para que ésta subiera creamos una reacción de vinagre con bicarbonato, que producen unas burbujas de dióxido de carbono que suben y empujan la espuma creada por el jabón y rebosa por la boca de nuestro dragón, ¡increíble el efecto!
La segunda manera de hacer que la espuma se moviera la conseguimos a través del experimento de la serpiente de espuma, construimos un artilugio con la boca de una botella de plástico y tapamos el corte con un trapo que unimos con cinta adeshiva de manera que quedara bien ajustada. Por otro lado preparamos un recipiente en el que echamos dos medidas de agua por una de lavavajillas. Ahora sólo quedaba mojar nuestro artilugio por la parte de la tela, dejarlo un poco escurrir y soplar por la boquilla de la botella de manera continuada. ¡A ver quién hace la serpiente más larga! (¡Cuidado! no tomes aire hacia adentro que puedes tragar un poco de espuma)
Ya sabíamos que el jabón al mezclarse con el agua crea una película muy fina capaz de encapsular, atrapar el aire de alrededor y por eso se forma la espuma y las pompas como veremos en experimentos posteriores, en la serpiente de espuma se forma tal cantidad debido a que hemos sido capaz de insuflar una gran cantidad de aire. ¡Seguiremos ahondando en estos aspectos!
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