Como ya sabéis el espacio del aula está dividido en rincones donde se trabajan las distintas capacidades que se encuentran recogidas en los objetivos generales que deberían desarrollarse en educación infantil. Uno de esos espacios es el rincón del juego simbólico donde los niños y niñas juegan a inventar y crear mil historias, donde desarrollan su creatividad y dan rienda suelta a su imaginación. Cuando en septiembre llegaron al aula se encontraron en ese espacio el rincón de la casita, donde han disfrutado muchísimo y tras un trimestre entero jugando allí les propuse cambiarlo, haciendo una lluvia de ideas de juegos que les hiciera ilusión compartir con sus compañeros. Así fueron proponiendo ideas, algunas las desechamos de manera justificada teniendo en cuenta el espacio del que disponemos y las personas que podíamos jugar en él. Y así, democráticamente, decidimos montar el rincón de los disfraces.
A partir de ahora son ellos y ellas los que se encargaran de diseñar ese espacio, trabajando así la toma de decisiones, el asumir ciertas responsabilidades, aceptar y respetar acuerdos tomados en el grupo, etc.
Hemos elaborado en gran grupo una lista de posibles materiales que podríamos disponer en ese rincón y después, de manera individual, cada uno ha decidido responsabilizarse de traer algunos de ellos, que es la nota que han llevado a casa.
También hemos diseñado el logo que aparecerá en los collares del nuevo rincón a través de un concurso de dibujo, cada uno ha dibujado su propuesta en el rincón del arte y el viernes cada uno votó los dos dibujos que más le gustaba (aceptando la norma de que no podían votar el suyo). Los ganadores fueron la princesa de Nazaret y el payaso de Nora, aunque tengo que decir que todos quedaron preciosos.
Pero aún nos queda mucho por decidir y organizar, estamos deseando de terminar con estos preparativos y poder disfrutar cuanto antes de nuestro nuevo rincón
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