Pues sí, resulta que al mezclar agua y jabón no sólo conseguimos hacer espuma sino también pompas de jabón, pero claro para los niños y niñas resulta muy evidente el que sólo se pueden hacer pompas si tenemos los pomperos, esos objetos que están en el mercado y que ellos han utilizado alguna vez. ¿Y si no los tenemos? ¿No podemos jugar a hacer pompas? Paula nos comentaba que el cacharrito para hacer las pompas era un circulito, un agujerito con un palo, entonces pensamos en otras cosas que nos pudieran servir para nuestro cometido. Paula propuso hacer un circulito con los dedos y mojar en el preparado de agua con jabón, Nora nos ofreció su pulsera y yo ofrecí mi anillo. Como ya no se les ocurría nada más, propuse una serie de materiales (embudos, botellas cortadas a modo de embudos, tubos de distinto grosor, cañitas, argollas, estructura de los desagües...) y fuimos comprobando con cuáles era más fácil hacer las pompas y si influía el tamaño del objeto para que la pompa fuera más grande. También prestamos atención a la manera de soplar, si el soplido era muy fuerte se nos rompía la pompa rápidamente.
Pero en todo este proceso se nos ha quedado pendiente algo por investigar, algo que por más y más vueltas que le hemos dado no hemos encontrado explicación. Antes dijimos que el tamaño del objeto, del agujero del objeto, influía en el tamaño de la pompa, ¿pero que ocurre con la forma?. Otro material del que disponíamos era alambre que moldeamos con distintas formas, en concreto con forma de estrella, de triángulo y de cruz, esperando ansiosos que las pompas salieran con esas formas y cuál no fue nuestra sorpresa al comprobar que las pompas seguían siendo redondas. ¿Cómo es posible? Si alguien nos puede ayudar a resolver este enigma, le estaremos eternamente agradecidos
Buena cosa de los pequesabios.....me está vaciando los botes de jabón haciendo experimento en la bañera con el hermano!!!!!!
ResponderEliminarJajajaja tenemos premios nobel de ciencia en potencia!!!
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