“Aprendemos, enseñamos, conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica, jamás sólo con ésta última”

Paolo Freire, 1993


jueves, 24 de noviembre de 2016

RUEDAN O PATINAN

          En otras ocasiones hemos comentado que los niños y niñas llevan sus bolsillos cargados de historias que nos permiten traer sus vidas al aula. Estas historias dan pie a distintas situaciones de aprendizaje, a veces más duraderas y otras más puntuales, como la que os vamos a comentar (ocurren a menudo y no siempre se pueden registrar, pero nos enriquecen muchísimo). 

          El pasado martes, Enzo trajo a clase una bolsa de canicas que quería enseñar a sus compañeros, porque le gustaba mucho jugar con ellas. También María José trajo una naranja pequeñita y al caérsele en la asamblea nos dimos cuenta de que rodaba y Enzo dijo que igual que sus canicas. Entonces comenzamos a explorar todos los objetos que encontrábamos en el aula y los hacíamos rodar. Algunos no rodaban, sino que patinaban, así que establecimos dos grupos: los que patinan y los que ruedan, incluso establecimos características comunes en cuanto a la forma, los que ruedan son redondos y también nos dimos cuenta de que había algunos que podían pertenecer a los dos grupos a la vez, como la moneda de la seño Carmen.










          Aunque pueda parecer una situación totalmente improvisada, no lo es, quizás si por la manera en cómo surge, pero la labor del maestro es conectar estas experiencias que surgen con los objetivos y contenidos que se establecen en nuestra normativa para educación infantil. Por tanto esta experiencia nos ha permitido trabajar la exploración de los objetos, identificar atributos estableciendo acciones como comparar, clasificar, establecer semejanzas y diferencias, cuantificar, explorar sus usos y utilidades... y todo ello de una manera lúdica.

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