“Aprendemos, enseñamos, conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica, jamás sólo con ésta última”

Paolo Freire, 1993


jueves, 17 de noviembre de 2016

ALIÑANDO NUESTRAS ACEITUNAS

          ¡Por fin llegó el día! Tras lavar las aceitunas, quitarles las hojas y dejarlas echadas en agua como hicimos el jueves pasado, hemos estado durante una semana cambiándoles el agua un día sí y otro no.







          Hoy nos tocaba aliñarlas, como bien habíamos anotado en nuestro calendario. En primer lugar nos tocaba preparar la salmuera, agua y sal, con el truco del huevo de gallina como nos habían contado los abuelos expertos. Además este truco nos ha permitido también profundizar en el bloque de flotabilidad de nuestros experimentos de los pequesabios. Si echábamos el huevo en el cubo con agua el huevo se hundía, pero si le echamos sal lo que hacemos es que el agua se ponga más fuerte para empujar el huevo hacia arriba y que flote (que el agua se ponga más densa). Tuvimos que echar bastante sal porque necesitábamos mucha agua para cubrir todas las aceitunas, pero al final lo conseguimos.









          Después acudimos al texto dónde habíamos recogido los pasos a seguir para aliñar las aceitunas y recordamos las hierbas aromáticas que les íbamos a echar: Orégano, tomillo y laurel y los tocamos y olimos.





          Nos dividimos en dos grupos, uno trabajó con la seño Cristina, nuestra maestra de apoyo, y otro con la seño Carmen y estuvimos haciendo en los cubos las capas con las aceitunas, las hierbas aromáticas y los ajos. Por último le echamos la salmuera que habíamos preparado.







          Ahora nos toca esperar unos 20 días para que nuestras aceitunas estén listas para comer, seguro que estarán muy ricas gracias al esfuerzo y cariño con el que las hemos preparado.


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