Quizás el pasado miércoles os resultó raro ver salir a nuestros niños y niñas con puntos azules y rojos en la frente, ¡No os preocupéis! Es que nos convertimos por unos minutos en moléculas de agua y de colorante rojo para comprender y vivenciar un nuevo experimento de nuestro proyecto "Los pequesabios nos mojamos con la ciencia"
En la sesión de hoy, tras recordar las sesiones anteriores y aludir a nuestro mural sobre las cosas que flotan o se hunden, comenzamos un bloque nuevo que hace referencia a la solubilidad de algunos materiales en el agua. Para ello comenzamos con un experimento muy sencillo para ver cómo se comporta el agua. Llenamos un vaso con agua y, en primer lugar, les digo que observen y les pregunto que cómo está el agua, estas fueron algunas de sus respuestas:
- Antonio José: El agua está camuflada como los lagartos.
- Nayra: El agua está callada.
- Carlota: Porque el agua no habla.
- Rocío del Carmen: Porque no tiene boca.
- Ángela: Ni nariz ni ojos.
- Gonzalo: El agua tiembla (y le pregunto qué es temblar, lo hace, pero observamos que eso no le pasa al agua)
- María José: Hace así (y gira la cabeza, pero observamos y el agua tampoco está girando)
- Antonio José: El agua está quieta.
Parece que está quieta, pero en realidad se está moviendo, es que el agua está compuesta por unas moléculas, pero son tan pequeñitas que no las podemos ver, y esas moléculas están continuamente moviéndose. Vamos a comprobar este movimiento de una manera sencilla, para ello echaremos unas gotas de colorante rojo (hemos usado colorante líquido del que se usa en repostería) a nuestro vaso de agua, pero antes preguntamos que creen qué pasará:
- María José y Alejandra: Que el agua se va a poner roja.
- Lola: O rosa.
- Ángela: O morada.
- Rocío del Carmen: Yo digo que amarilla.
- Gonzalo: Se pone mala y no se puede beber.
Echamos unas gotas y vemos cómo el colorante comienza a moverse dentro del agua. En realidad son las moléculas del agua que están en continuo movimiento las que empujan al colorante, lo golpean y lo mueven hasta diluirlo completamente.
Una vez comprobado en gran grupo, nos distribuimos el material en pequeños grupos y experimentamos, manipulamos y observamos más de cerca cómo se comportan las moléculas del agua.
Pero además quisimos dramatizar este comportamiento, convirtiéndonos en moléculas de agua que se metían en un vaso dibujado con tiza y empujando a las moléculas de colorante (pero despacito, que es como hacer un teatro) hasta que se disuelven y se hacen amigas.
Comienza así nuestro bloque de experimentos de solubilidad, sobre el que continuaremos trabajando en posteriores sesiones, en las que recuerdo que el objetivo fundamental es que los niños y niñas vivencien y aprendan ciencia de una manera divertida.
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