“Aprendemos, enseñamos, conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica, jamás sólo con ésta última”

Paolo Freire, 1993


viernes, 6 de marzo de 2015

FISIO BRENES

          Debido a la semana de Andalucía y con tantas actividades realizadas durante estos últimos días, hay cosas que se nos han quedado en el tintero por publicar, así que vamos a ponernos un poco al día.
 
          Recordamos que entre nuestras dudas y debido a un problema muscular que tenía nuestra compañera Mariela, decidimos invitar a la mamá de Paula para que nos explicara cómo hacer masajes. En su visita le lanzamos un montón de dudas, algunas fueron resueltas allí mismo, pero otras precisaban de una visita a la clínica que Inma aceptó gustosamente, ya que queríamos conocer qué máquinas tenían allí, cómo eran las camillas, cómo eran los fotones de los que nos había hablado Paula y que quitaban el dolor de cabeza, etc. El día anterior preparamos la visita y pensamos el recorrido que teníamos que seguir para llegar hasta ella. En ese momento Ana recordó una propaganda de una panadería que se llamaba polvillo con unos panes super ricos, en esa propaganda venía un mapa y qué casualidad que el mapa marcaba casi el recorrido de la clínica, ya que desde polvillo hasta la clínica apenas quedaba nada. Así que decidimos parar en la panadería para probar aquellos panes tan apetitosos, situación que se convirtió en un verdadero problema matemáticos, ya que tuvimos que decidir cuantos panes íbamos a probar, cuántos íbamos a comprar, cuánto dinero necesitábamos, cómo nos íbamos a agrupar, etc, demostrando con ello que las matemáticas siempre están presentes en nuestra vida cotidiana.

 

 
 
           Después continuamos nuestro camino hasta la clínica y allí terminamos de resolver nuestras dudas planteadas. El papá de Paula nos estaba esperando y nos enseñó los fotones, unos imanes que también servía para quitar dolores creando un campo magnético, una máquina que se llamaba polea para trabajar los músculos de los brazos, pudimos ver las camillas con el agujero para que el paciente que necesite tumbarse boca abajo pueda poner la cara ahí y no se sienta incómodo, nos enseñó también una pantalla con luz dónde colocaban las radiografías para ver la parte del cuerpo que tiene afectada el paciente. También llegaron a la clínica algunos pacientes, como la abuela de Paula, que recibió un masaje en las manos, la mamá de Lola, que recibió un masaje en la espalda y la mamá de Saray, que está embarazada y le sentaría muy bien para relajarse ella y el bebé. Muchas gracias a la familia de Paula por esta experiencia que nos ha brindado



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