“Aprendemos, enseñamos, conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica, jamás sólo con ésta última”

Paolo Freire, 1993


miércoles, 15 de octubre de 2014

EL GLOBO DE SARAY

          A veces, en las conversaciones que tienen lugar en nuestra asambleas surgen cuestiones, dudas que nos llaman la atención y necesitamos darle respuesta y esa respuesta surge sobre la marcha sin necesidad de realizar una investigación exhaustiva, de alargar el tema y con los recursos que contamos en el aula, como por ejemplo leyendo un cuento que hablaba del murciélago como animal mamífero quisimos saber qué significaba eso y buscamos en un libro de animales y nos sólo quedó satisfecha nuestra duda sino que ahí también hablaba de cómo nacían los murciélagos y tanto interés suscitó que vimos un vídeo en internet sobre ello y quedamos alucinados.
 
          Algo parecido ocurrió con el globo de Saray. Nuestra compañera nos contaba que viendo la virgen del Rosario sus padres le compraron un globo de un unicornio azul que se iba para arriba. Algunos decían que tenían globos en su casa pero que no se quedaban arriba, que se iban para abajo. Comprobamos con unos que tenía la maestra Mary, pero no había manera, ni porque le diéramos dos golpes como decía Francisco. Saray trajo su globo a clase para compararlo con el nuestro, Paula decía que al nuestro había que ponerle una cuerda y así lo hicimos, pero tampoco subía. Ana dijo que la cuerda tenía que ser más larga, que la midiéramos con la que traía el globo de Saray, pero tampoco. María José dijo que no llenara el globo con la boca, que lo hiciera con eso que se hincha (en clase tenemos un inflador de globos). Francisco lo llenó de esta manera pero nada, no había manera. Así que Ana concluyó que el globo de Saray estaba lleno de un aire especial y que podríamos preguntarle a los hombres que los venden y todos estuvieron de acuerdo. Paula propuso enganchar nuestro globo al de Saray para ver si podía levantarlo y así surgió una pequeña investigación de objetos que pudiera levantar el globo de Saray, lanzando sus hipótesis, probándolas y concluyendo que el globo puede levantar objetos pequeños y poco fuertes. Es que la ciencia está presente en nuestras vidas, donde menos te lo esperes y nosotros y nosotras somos científicos natos.
 
 

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